Cuando me convertí en madre el cansancio y los miedos de no saber si lo estaba haciendo bien empezaron a aparecer. Con todo ese cúmulo de sensaciones y la falta de tiempo me costaba mantener la calma y no perder los nervios. Para colmo, tenía dudas de si estaba haciéndolo bien.
Comencé a informarme y cuando descubrí la educación respetuosa entendí que esa era la forma en la que quería educar a mi hija para que sea una persona responsable, con capacidad de tomar sus propias decisiones y con una autoestima sana. Me formé en Escuela de Padres, Inteligencia Emocional, acompañamiento a la infancia, disciplina positiva y coaching infantojuvenil, y retomé los estudios de Psicología. Desde entonces he pasado de ser una persona bastante impaciente a responder a los diferentes retos del día a día con calma.
Sentía que esta información tenía que llegar a más familias para que puedan recuperar la tranquilidad y que puedan conseguir recursos para que sus hijos adquieran habilidades sociales, emocionales, cognitivas y creativas. Por eso surgió Escuela Creando Alas.